Cosas de maricas y comunistas
jueves, marzo 02, 2006
Hoy no tuve ánimo de nada. Me desperté tarde. A veces me viene el bajón por estar tan lejos; estoy sensibilizado, como borracho, con ganas de mirarme para adentro y soltar la lengua. Siempre me gustó tomar notas de mis casos: impresiones, detalles, con recortes de diario y hasta con fotos; a veces hasta me parece que disfruto más pegando papelitos y anotando mis historias que con el caso en sí. Es un amor especial que le tengo a estos cuadernos: los llevo a todos lados. Y ahora esto de tener tiempo, solo, en medio de la nieve. Me estoy poniendo viejo, parece. A esta altura ya tendría que estar pintando canas, separado, con un par de hijos. Pero ni planté un árbol, ni tuve un hijo, ni escribí un libro: nunca me llevé bien con la naturaleza; el pibe, bueno, eso nunca se sabe; lo del libro se ve que es algo que me quedó atragantado por mi viejo. Una vez, a los quince, encontró un cuaderno con mis cuentos y poesías: "¡Estas son cosas de maricas y comunistas!" pegó el grito mi viejo y el libro me lo quemó en el asado del domingo. Nunca más volví a escribir. Salvo mis cuadernos de notas. Y ahora esto. Lo primero que publico.
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